LA
DECISIÓN DE UN PAÍS EN TIEMPOS INTERESANTES
¿Qué se debe analizar
antes de elegir un candidato?
Paul
Esteban Campoverde Tello
Introducción
En tiempos en donde se viven cambios
profundos en las sociedades, el ser humano se encuentra en un concurso de reflexiones
internas, esto es natural por su interés de participar en dichos cambios; sabe
que tiene que tomar una decisión, no puede escapar de ella, es parte de la
sociedad y esta le exige participación social. Así estamos los ecuatorianos en
estos momentos de cambio político, social y económico, entre tantas reflexiones
propias y aprehendidas, entre tantas propuestas y ataques, entre otras
eventualidades usadas, tenemos sobre todo la responsabilidad de participar de
este cambio. Este breve ensayo pretende acompañar al lector en su proceso de
reflexión frente a este momento electoral, no para influenciar el voto hacia un
candidato, sino para definir algunos aspectos importantes de analizar antes de
elegir, y así, tomar la mejor decisión en estos tiempos interesantes.
Tiempos interesantes
Se dice que los chinos tiene una forma
curiosa de maldecir, te dicen: “ojalá que vivas tiempos interesantes”, pensando
entonces que tiempos interesantes son los que tienen mayores problemas, y que
crean mayores preocupaciones, las épocas que generan grandes cambios; en este
supuesto entonces los tiempos más tranquilos son mejores, pero “no tan
interesantes”; evidentemente no tenemos la capacidad para elegir en que tiempos
vamos a vivir, más bien es que nos encontramos con
la vida y con el mundo de manera sorpresiva, y así formamos parte de una
sociedad, de una familia, de un país, y participamos de todos los actos y
hechos de esa sociedad. En este caso, del momento trascendental de elegir a
nuestros gobernantes[1],
claro, a algunos les toco ser candidatos, pero para quienes estamos de este
lado, del lado de los electores, es tal vez más difícil la tarea; es que en
verdad, lo que pueda pasar es muy incierto, ni los “genios de las encuestas” ni
el “tarot” pueden tenerlo cien por ciento claro, eso sí, lo que suceda, se va a
convertir en uno de los momentos más importantes de nuestra historia en este
siglo XXI.
Curiosamente se dice que la vida de la
sociedad es cíclica, así incluso hay quienes han afirmado que “la historia local
se repite en ciclos de alrededor de 40 años” (Jocelyn-Holt, 2011).
Entonces recordemos que en el país hace
alrededor de 40 años también se vivió tiempos interesantes - claro que vivimos
en un país en donde estar en tiempos interesantes se ha vuelto pan de todos los
desayunos-; así es, por aquellos días “el retorno a la democracia (…) abrió en
el país una alta expectativa de días mejores para sus habitantes, (…), no
obstante, en una buena parte de países, entre ellos el Ecuador, la democracia
es todavía un reto por lograrse, pues no se limita a los aspectos formales de
elección periódica de gobernantes, sino a una efectiva democratización de la
sociedad (…)” (Duque, Chávez, & Melo, 2009), hoy, casi 40 años después el país sigue
buscando el retorno a la democracia.
Pensando en la decisión
Estas elecciones son sumamente importantes
para el país, aunque parece que en este
ejercicio democrático nos hemos dividido en bandos, la verdad es que todos
formamos parte de una misma tierra, de “la voluntad y la fuerza de todo un
conglomerado que se llama Ecuador”[2] (Barriga, 2005); cada sector de la población, cada región,
cada ciudad, cada persona, tiene la responsabilidad de elegir a nuestro futuro
gobernante.
Inclusive, en este
contexto, varias encuestadoras han emprendido el camino para medir la intención
de voto de la población para con los candidatos a la presidencia, así, desde
hace varios días, se han venido mostrando en todos los medios tablas de
porcentajes, y se podría decir -como en algún momento de la historia nacional-
que hay encuestas para todos los gustos, tanto así que si usted tiene una
particular afición por un candidato, le aseguro que encontrará datos
alentadores sobre él en alguna encuesta. Estos resultados han ido
evolucionando, han ido ubicándose mejor en la realidad nacional, como se diría,
las frutas en el camino se acomodan a la canasta, pero ¿se cumplirán estos
pronósticos?, suelen decir por ahí, que en la puerta del horno se quema el pan,
y por algo de experiencia nacional podemos pensar que el desenlace es
verdaderamente incierto.
Esto les ocasiona a las encuestadoras uno de
sus más grandes problemas, “la falta de correspondencia entre la intención de
voto declarada y los resultados electorales reales” (Urquizu, 2015). Esto ocurre por varias razones; una de
ellas responde a la actitud social de ocultar su verdadera intención de voto en
el “no estoy seguro”, “aún no decido”, en el nulo o el blanco, e incluso en la
demostración “falsa” de la intención de votar por otro candidato.
Lo cierto es que de nuestro lado, del lado de
los votantes, existe un momento mucho más solemne y crucial en que ni la
frialdad de los datos de las encuestas, ni las noticias divulgadas por los
medios, ni la campaña de los candidatos tienen previsto entrar, es un espacio íntimo
de cada persona, un secreto perpetuo en muchas ocasiones, pero crucial para el
camino exitoso de las aspiraciones nacionales y futuro del país, en este
momento es que analizamos cual es la decisión más acertada, y nos preguntamos
por quién votar.
Pero ¿por qué todo este ritual previo a las
elecciones?, pues “porque antes de votar hay que pensarlo un poco” (Aristy Capitán, 2016), meditar lo que nos dicen, lo que podemos
ver por nosotros mismos, y lo que nos dicta el corazón; así es, las corazonadas
también juegan este partido, pero hay que hacerlo, piénselo un poco, o como
dirían en mi tierra, ¡vea pensando!
“El primer paso en la selección de un
candidato es decidir los temas que le interesan y las cualidades que desea en
un líder” (League of Women Voters Education Fund, s.f.), y si esas cualidades se identifican en el
candidato, es decir, si cuenta con capacidad, aptitud, honestidad,
credibilidad, si es un ejemplo a seguir, si tiene habilidades sociales,
capacidad para comunicarse con fluidez, y todas las demás características que
esperamos del próximo presidente de la república.
Es bueno ahora, independientemente del
partido de cada candidato, y de los apasionamientos, pensar sobre todo que le
conviene a nuestro país en la actualidad, pensar si quienes promulgan ser
abanderados del cambio realmente han demostrado eso en los momentos en los que
han podido servir al país, o qué posibilidades de cumplir sus promesas tienen. Así
“también revisar, en caso de que apuesten por la (…) -continuidad [3]–
(..), si han trabajado para merecerla” (Aristy Capitán, 2016), ¿por qué no han hecho en su gobierno lo que
prometen ahora?, ¿qué pretenden hacer en el futuro con lo criticado?
Bueno, entonces queda claro que hay que
meditar el voto, y si, meditarlo significa pensar por quien votar, procuremos
olvidarnos por esta vez de votar en blanco o nulo, sino más bien pretendamos
empoderarnos de este momento crucial para la democracia de nuestro país, y
decidir; entonces decir: “no voto porque quiero mostrar mi descontento con el
sistema, en principio no vale” (García, 2011), pues como dije antes, hay que empoderarse,
y ser parte de la población que toma en sus manos el futuro del país, y que
cargados de valentía votan, pero eso sí, inteligentemente.
Parte
del proceso de análisis que hemos emprendido supone evaluar la situación
actual; pensemos en las cosas que nos molestan o agobian en este momento -en el
plano nacional-, y pensemos quiénes han sido los culpables de ello, pero
también quiénes pudieron actuar para evitarlo o cambiarlo y no lo han hecho.
Pensemos
además en lo internacional, ¿qué imagen tenemos como país?, ¿De quiénes somos
aliados y enemigos? y eso ¿cómo nos hace ver frente al mundo?, preguntémonos
¿quién es el responsable de todo aquello?, y ¿qué es lo que proponen los
candidatos para mejorarlo?
Debemos preguntarnos cuál es la opción que
más nos identifica, con quién sentimos que estamos conectados en los ideales,
fijémonos en los modos de proceder, en cómo queremos ser en el futuro; tengamos
clara una visión de nuestras vidas en estos años que vienen y cómo la propuesta
de cada candidato se encaja en nuestros propios planes de vida.
“Es una buena idea ver discursos y leer
entrevistas para obtener mayor conocimiento de la personalidad y el
comportamiento de cada candidato.” (Reference, s.f.), pero hay que tener mucho cuidado con lo que
nos dicen y la opinión que formamos con ello, ya lo han dicho muchos “es muy
peligroso pensar sin leer, pero mucho más peligroso leer sin pensar”, eso nos
ayudará -sobre todo si estamos indecisos- a inclinarnos por uno u otro
candidato.
Pensemos en el
candidato en sí, en su formación y experiencia; en cuanto a su formación, no
solo en la cantidad de títulos universitarios que tiene, pues “no basta con
pasar por la universidad sino que la universidad pase por uno” (Buitrago, 1997), entonces pretendamos pensar en sí esta
formación ayuda a nuestro candidato a tener la capacidad para confrontar las
responsabilidades que el cargo de presidente de la república implica; en cuanto
a la experiencia, no pensemos en la hoja de vida del candidato, solamente, pues
esto estaría perjudicando a candidatos que tengan vasta experiencia en lo
privado, y, favoreciendo a los que la tienen en lo público, más bien, pensemos
en su desempeño en los cargos que ha tenido, cómo llegó a esos cargos, qué
aportó a su institución, qué imagen dejo en la gente que trabajaba con él, si
tenía méritos o si fue cuestionado, entonces, hay que analizar “no solo la
cantidad de cargos sino la calidad del ejercicio de los mismos” (Buitrago, 1997).
Investigue a su candidato, averigüe cual es
la posición que tiene sobre temas de actualidad, temas de desarrollo “como la
economía, la salud, el medio ambiente, la educación y los asuntos exteriores,
(…) qué compañías y grupos han hecho contribuciones financieras a las respectivas
campañas de los candidatos, (…) lea opiniones contradictorias para obtener una
perspectiva saludable” (Reference, s.f.).
Analice su comportamiento, cómo trata a la
gente, a la prensa, a los diferentes grupos sociales, cómo trata a su oposición
y a sus militantes, qué lenguaje usa, la violencia o la excesiva pasividad con
la que habla, si aceptan debates o no los aceptan justificadamente, o sin
justificación; por eso también tiene que revisar su discurso, los materiales de
su campaña, pregunte discretamente a otras personas qué piensan de su
candidato, pregúntese si su candidato habla con la verdad o la distorsiona, si
usa insultos o frases de hacen notar prejuicio,
si usa rumores, si culpa a otros especialmente al otro candidato de los
problemas del país, si usa palabras fuertes que lleven más a los instintos de
ataque que a informar sobre sus propuestas, si evade los problemas reales y los
oculta del interés de la gente, poniendo en discusión temas superados, pero
polémicos, si en sus propuestas promete el cielo, pero no explica cómo va a
lograrlo.
Por último, parte de este ejercicio que
propongo no solo es analizar, sino además respetar la intimidad del otro en su
decisión, respetar su posición, y sobre todo aprender a mantener la convivencia
social en buenos términos, “el gran reto para nuestra sociedad es vivir bajo el
mismo cielo con ideas diferentes sin matarnos ni agredirnos unos a otros” (Voto Inteligente, 2016)
“Uno de los rasgos más característicos de la
democracia es la capacidad de los ciudadanos para elegir a sus propios
representantes en el gobierno” (Reference, s.f.), por lo que pensar antes de decidir es vivir
en democracia.
Breve conclusión
Muchas veces - o todas las veces- nos hacemos
de oídos sordos frente a los políticos; lo que nos quieren transmitir -sobre
todo en estas épocas- no es tan creíble para algunos y de poca importancia para
la mayoría, pero la democracia sin el compromiso ciudadano de ser parte de la
decisión nacional es solo una palabra muerta, no pretendo con todo esto ser
absoluto en el tema, tampoco es un “manual” para ir a votar, son solo algunas
de las reflexiones que en el bullicio de estos momentos suelen olvidarse, así
que la intención sobre todo, es aportar un poco a que su decisión sea meditada
y trasformadora.
Es
momento para ser piezas claves en la democracia de nuestro país, que busca cada
vez más instalarse de manera definitiva, pues tenemos la capacidad de
auto-determinarnos, de mirarnos en el interior y en la sinceridad de nuestras
almas ser consecuentes con nosotros mismos a la hora de votar, claro, esto se
consigue cuando se ha pensado, y de forma responsable e inteligente se ha analizado
todas las opciones necesarias. Tampoco hay que temer, pues estamos propensos a
equivocarnos, y tendremos las próximas elecciones para volver a tomar el rumbo
en este camino democrático, pero eso sí, en la intimidad que supone el voto,
definitivamente tomar la mejor decisión en estos tiempos interesantes.
Referencias
Aristy
Capitán, M. (12 de mayo de 2016). Porque antes de votar hay que pensarlo un
poco. Obtenido de Hoy Digital:
http://hoy.com.do/porque-antes-de-votar-hay-que-pensarlo-un-poco/
Barriga,
A. (Dirección). (2005). 25 años de Democracia en el Ecuador 1979 - 2004 [Película].
Buitrago,
J. (1997). El manual del elector. Boyacá: Editorial de la UPTC.
Duque,
C., Chávez, G., & Melo, M. (14 de noviembre de 2009). Obtenido de Universidad
Andina Simón Bolívar - Ecuador :
http://portal.uasb.edu.ec/UserFiles/369/File/PDF/Actividadespadh/invusocias/Ecuador.pdf
García,
M. (10 de noviembre de 2011). Recuerdos de Pandora. Obtenido de
http://recuerdosdepandora.com/reflexiones/por-un-voto-inteligente/
Jocelyn-Holt,
A. (13 de agosto de 2011). "Que vivas en tiempos interesantes". La
Tercera , pág. 66.
League
of Women Voters Education Fund. (s.f.). How to Judge a Candidate. Obtenido
de www.smartvoter.org: http://www.smartvoter.org/voter/judgecan.html
Reference.
(s.f.). www.reference.com. Obtenido de How should you decide which
candidate to vote for?:
https://www.reference.com/government-politics/should-decide-candidate-vote-8cf63895a16303f1
Urquizu,
I. (2015). El voto oculto en España . Revista Española de Ciencia Política ,
119-156.
Voto
Inteligente. (8 de septiembre de 2016). Obtenido de Plebiscito por la paz, un
voto razonado: https://votointeligente.wordpress.com/
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